martes, 20 de noviembre de 2007

La expulsion

Corria el mes de septimbre de 1988 y la primavera hacía cada vez mas dificil nuestro ingreso a clases. Yo llevaba muchas inasistencias a esa altura del año y tambien estaba al límite en cuanto a amonestaciones. No es que fuera de los que peor se portaban, pero lo mio era el goteo; Me ponian cinco amonestaciones por una cosa, cinco por otra y asi. Nunca me pusieron mas de 5 por alguna indisciplina.La verdad es que no controlaba mucho el tema de las inasistencias, no sabia bien cuantas tenia, pero confiaba en que no me fallara el calculo. Llegué una linda mañana de primavera al colegio y como de costumbre, nos reuníamos en la puerta de la casa que estaba a la vuelta de Colegio, nunca supe si estaba abandonada. El plan era no entrar para irnos todos juntos al 6to piso del Banco Provincia a desayunar. La verdad es que lo pasabamos muy bien allí, con poco dinero, por lo tanto cedí a la tentación sin pensar en las consecuencias, que por otro lado no imaginaba que podian existir. Seríamos siete u ocho los que nos fuimos, subimos a nuestro lugar favorito. Hicimos la cola para agarrar la bandejita, ya que se trataba de un self-service. Me acuerdo que había un negro en la barra al que le deciamos"Rey Charol" en alusión a su parecido fisico con el que fuera padre de Cirilo Tamayo en la tira televisiva de la epóca llamada "Jacinta Pichimahuida" o conocida popularmente tambien por "Señorita Maestra" en su segunda edición. Lo cierto es que allí era costumbre charlar, hacer dedicatorias en cuantas servilletas tuvieramos a mano, planificar el futuro baile de egresados, recordar el pasado viaje a Bariloche y hablar de nuestras vidas futuras. He sabido guardar durante mucho tiempo aquellas sentidas dedicatorias, en las cuales siempre se descubria algún estado de ánimo pasajero de quien la escribía hacía quien la recibía. Un "Te odio" no era mas que una demostración de afecto con el matiz de alguna rencilla que seguramente terminaba en risas al ser leída la dedicatoria y que tantas veces servia de reconciliación con los amigos. Disfrute mucho aquellas mañanas en el Banco Provincia, no se imaginan cuanto. Otras veces también disfrutabamos de la intimidad de la casa de María Jose en la Avda Luro. No había nadie allí, ya que Malena y Fernando, sus padres, trabajaban, y eramos capaces de quedarnos a almorzar si Majo lo proponía. Recuerdo que me encantaba la habitación que compartía con su hermana, ya que tenía unas camas rebatibles, asi que era común que usaramos todo el espacio del suelo de su habitación para tirarnos a escuchar a Los Rollings, charlar y a veces dormir. Unos días despues de la mañana que les cuento, estabamos en clase y apareció Nestor, nuestro preceptor, y pronunció una frase muy temida a esas alturas: "Lacedonia, vení con tus cosas". Se hizo un silencio sepulcral, ya que unos meses antes habiamos asistido a una escena identica y había significado la expulsión de nuestro amigo Christian. Y ahora se repetía conmigo. Por supuesto mi reacción fue reirme nerviosamente, pero sabia que se trataba de una mala noticia, era indudable. Por aquellos dias le habian diagnosticado a mi madre una afección cardíaca, con la cual vive hasta la fecha, y lo primero que pensé era que se podía tratar de una descompostura suya, me asuste mucho.Por suerte, la situación era complicada, pero solo para mi, no para la salud de mi madre.En la preceptoría me notificaron que había quedado libre de faltas, ya que me había contabilizado un par de medias faltas por algunas llegadas tardes, que yo no había computado. Y que dado mi mal comportamiento, sumaba 24 amonestaciones. Es decir una menos del maximo permitido. Por lo tanto no era factible reincorporarme con el plus de 10 faltas que solian dar. La verdad es que lloré en la Dirección. Hablé con Poggi y le explique mi error, que no habia sumado las medias faltas, y le rogé que no me dejara libre. Pidió que fuera mi madre al Colegio. Por supuesto que yo ni loco podia darle una noticia asi. Eso le generaría un infarto, creí en aquel entonces. Mis padres estaban muy ilusionados con que yo terminara el secundario, ya que mi hermano había empezado 4 veces el secundario, y siempre lo expulsaban o quedaba libre en primer año o repetia. Yo era el ejemplo a imitar y estaba a punto de defraudarlos.
Mientras tanto, en el Colegio se generó un movimiento popular dispuesto a reivindicarme. Nunca voy a olvidar de aquel noble gesto por parte de mis compañeros. Fue una lección de solidaridad para toda la vida. En un recreo sonó el timbre y nadie se movio para ingresar al aula. El motivo era que reclamaban mi reincorporación. Eso motivó una comisión de negociaciones formada por varios compañeros que dialogó con la directora. El exito no fue inmediato, pero aflojó mucho la cuerda para la reunión que luego mantuvo mi hermano, en "supuesta" representación de mi madre afectada en su salud. La reunión de mi hermano con Poggi y la presión de mis compañeros logro que ésta decidiera consultar a los preofesores acerca de mi desempeño acádemico, lo cual no dejaba de dilatar un poco más mi muerte estudiantil, ya que lo normal era llevarme 6, 7 u 8 materias a diciembre. Digamos que no era aplicado, sino que me jugaba todas las cartas a fin de año y mientras tanto trataba de pasarlo bien.Para mi sorpresa en la reunión de profesores tomó mi defensa la profe de Contabilidad, Alemany. Me encantaria recordar su nombre porque era una mujer muy dulce y cariñosa, ademas de una excelente docente. Había muchos profesroes que me querían borrar, pero ella confió en mi y me defendió fervientemente. Me salvo la cabeza. Unos meses despues en los examenes finales, en los cuales no podia defraudarla, tuve un desempeño brillante, pero debo confesar que me copie. Cuando entrego las evaluaciones y leyó mi nota, que era un 9, dijo en voz alta:"Sabía que no me ibas a defraudar" y juro que me sentí el tipo mas hijo de puta sobre la tierra.
Pero al fin y al cabo, lo que menos importa ahora es aquel examen de contabilidad. Lo que me quedó para siempre fue la lealtad de mis compañeros, la solidaridad de todos y la importancia de que alguien nos de una segunda oportunidad, como lo hizo la profesora.
La nota humoristica de la anecdota es que mi madre habia permanecido sin saber nada de mi "casi" expulsion, todo era un secreto entre ustedes, mi hermano y yo. No queriamos darle ningun disgusto. Pero un día, como muchos, El "Turco" que apreciaba mucho a mi familia, pasó por casa y yo no estaba. Se tomo unos mates con mamá y entre amargo y amargo, le dijo:"Vió que al final no lo echaron a Marcelo???". Plop.

domingo, 18 de noviembre de 2007

El juego de las diferencias


No se por que, pero en cuanto vi esta foto, inmediatamente me acordé de esta otra. Ustedes tienen que encontrar las diferencias :)

Cena del reencuentro

Cena organizada por el Mono. Habrá sido allá por 1998 ??? Se hizo en una parrilla de la calle Alberti y Buenos Aires creo.
La pasamos muy bien. Habíamos pasado bastante tiempo sin vernos. El turco apareció rapado !!
Antes tuvimos un reencuentro organizado por el Mono en un restaurante o pizzería de Constitución. Había hecho unas tarjetas de invitación muy truchas que yo guarde durante bastante tiempo...pero cuando me vine a España no sé si quedó en casa de mis viejos, a ver si alguien la puede recuperar !!!

Te desfile en Sobremonte


Me acuerdo que pateamos como locos para conseguir que alguna tienda nos prestara la ropa. Y a último momento nos prestó un negocio de sweaters que está, aún está en la galería San Martín, se llama "L´Uomo" y también nos prestó ropa una tienda de la galeria Sao, no me acuerdo si era "Electra" o una del estilo.
Lo divertido del desfile era espiar a las chicas mientras se vestían !!!